JUSTINIANO I, EL GRANDE. (482
– 565 d. C). Emperador desde 527 d. C.
Flavius Petrus Sabbatius Iustinianus, nace en
Tauresio, una pequeña aldea Iliria, situada en la actual Macedonia, se cree que
de familia humilde, el cognomen “Iustinianus” lo toma tras ser adoptado por su
tío Justino, en anterior emperador de Bizancio Justino I.
En su infancia su tío lo lleva a Constantinopla donde
recibe una brillante formación civil y militar, tras las subida la trono de
Justino y al amparo de este va escalando puestos en la administración, primero
es nombrado cónsul, luego comandante único del ejército y finalmente sucesor ya
que Justino I no tenía hijos.
Se casó con Teodora, una ex-actriz y cortesana veinte
años más joven que él en medio de un gran escandalo.
Se rodeó siempre de unos colaboradores excepcionales,
Triboniano (leyes), Juan de Capadocia y Juan de Barsine (finanzas) y Belisario
y Narsés (ejército).
Sólido de Justiniano I. |
Tras su subida al trono sin oposición tras la muerte
de su tío muy pronto tuvo que enfrentarse a una revuelta popular instigada por las
clases altas debido a las fuertes subidas de impuestos, esta revuelta recibió
el nombre de “Revuelta de Nika” y Constantinopla durante cinco días se
convirtió en un campo de batalla con barrios enteros arrasados, incluso parece
que el emperador ante la gravedad de la situación pensó en la huida y sino lo
hizo fue a instancias de su esposa Teodora que le dijo la famosa frase “la púrpura es la mejor mortaja”, tras controlar la revuelta, reprimió esta brutalmente
con cerca de 30.000 ciudadanos muertos indefensos cercados por sus tropas bajo
el mando de Belisario y Mundus en el hipódromo.
Su política exterior estuvo marcada por la idea de la “Renovatio Imperii”, el intento de
alcanzar el esplendor de la antigua Roma y conquistar a los Bárbaros los
territorios de occidente que habían arrebatado a Roma, para esto en primer
lugar aseguró las fronteras orientales del imperio firmando una paz con los
persas <<la paz eterna>>, una vez conseguido esto se lanzó a la
conquista de territorios del imperio romano, primero derrotó a los Vándalos por
medio de su mejor general Belisario conquistando el norte de África, Córcega,
Cerdeña y las islas Baleares después atacó al reino Ostrogodo conquistando sus
territorios de Sicilia, el sur de Italia, Roma y finalmente ocupando su capital
Ravena, en una tercera campaña militar puso bajo su dominio aunque durante un
breve periodo de tiempo la parte sur de Hispania y costas y ciudades del
sudeste de la península llegando a dominar Cartagena, una de las ciudades más
importantes del imperio Visigodo. Si bien las continuas sublevaciones y una
peste diezmaron al final de su vida el poder del imperio. Murió en el 565 d. C
a los 82 años, siendo un emperador impopular debido a las constantes levas para
sus conquistas, las construcciones faraónicas y la subida generalizada de
impuestos por lo que su muerte fue recibida con júbilo.
Tuvo una política de éxitos espectaculares pero
efímeros
En su reinado destacó especialmente por una mejora notable
de la hacienda pública, la recaudación de impuestos y sobre todo por su labor
legislativa con una recopilación, revisión y puesta al día del derecho romano
con una serie de códigos (Codex Iustinianus, Digesto, Institutas, Novellae
Constitutiones etc..) que han pasado a la posteridad como la base del derecho
civil moderno, también construyó numerosos templos entre los que destaca la
iglesia de S. Sofía.
Es el primero que introduce en la moneda los retratos
y símbolos religiosos.
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